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Ansiedad y alimentación: cómo controlar un atracón con educación nutricional

Son muchas causas las que pueden ocasionar situaciones de ansiedad en las personas (trabajo, relaciones personales, estrés, falta de tiempo, etc.). Por si fueran pocos, se ha añadido en este último año un nuevo foco de ansiedad: la pandemia del Covid-19.

Esta situación de pandemia ha derivado en confinamientos, menor realización de actividad física (ya sea por estar encerrados en casa como por el cierre de las instalaciones deportivas), miedo por la situación laboral… y por tanto en ansiedad.

Una de las múltiples vías de escape que se suele escoger con cierta frecuencia es la comida. Atracones, comer alimentos ultraprocesados o perder el control de una ingesta son algunos de los problemas ante los que nos encontramos al “pagar” esa ansiedad.

Para evitar sucumbir a estos ataques de ansiedad es básica una buena educación nutricional. Para ello tenemos una serie de consejos:

– No tener tentaciones en casa: si nuestro cerebro es consciente de que hay un alimento muy apetecible lo va a querer. Sin embargo, si te apetece este alimento pero eres consciente de que no está en tu hogar, es muy probable que este deseo desaparezca de tu mente. Si vas a hacer una ingesta libre trata de comprar la cantidad justa: las sobras pueden ser muy traicioneras.

– Diferenciar entre hambre real o hambre emocional: cuando tu estómago emite sonidos, te apetece comer cualquier alimento (sea el que sea) y eres capaz de parar de comer al sentirte saciado, estamos ante hambre de verdad.

 

Sin embargo,  si no tienes ninguna sensación a nivel gástrico, tienes apetencia por un alimento concreto (generalmente poco saludable) y no eres capaz de poner fin a dicha ingesta… estás ante hambre emocional. Es decir. Está en tu mente.

 

– Si ese hambre está en la mente, hay que tratar de sacar esa idea de la cabeza y mantener a la mente distraída con cualquier otra actividad. Algunas de estas actividades son la meditación, la música o televisión, un cambio de aires y, porqué no, lavarse los dientes (tu cerebro suele asociar cepillado = fin de ingesta).

– En el caso de que ese ataque de ansiedad haya sido poderoso y nos haya hecho sucumbir, se deberá optar siempre por alimentos que sean bajos en kcal, ya que si estamos ante un posible atracón (gran cantidad), si encima es de opciones hipercalóricas, el problema será doble. 

 

Algunas opciones bajas en calorías serán los frutos rojos, las latas de berberechos, los palitos de cangrejo (surimi), las banderillas de encurtidos, las tortitas de arroz y/o maíz y los yogures de proteínas (al ser tan cremosos y ricos en proteína son muy saciantes).

Hay alimentos saludables pero con mucha caloría, por lo que deberemos evitarlas en momentos de ansiedad (frutos secos, aceitunas, chocolate negro, hummus, semillas o aguacate).

 

Y si aun así algún día cometes un exceso tranquilo. No te culpes. Simplemente sigue alimentándote correctamente en tu día a día y mantente físicamente activo. Y tú, ¿tienes algún otro truco para acabar con la ansiedad de forma saludable?