Cuando una paciente decide quedarse embarazada debe comenzar un plan dietético en el caso de padecer una obesidad o sobrepeso le permita disminuir la grasa corporal, debido a que dichas patologías son factores de riesgo para padecer diabetes, hipertensión, cesárea, parto prematuro e incluso aborto.

Pero ojo, esta pérdida de peso no debe darse nunca durante el embarazo, sino que es recomendable que suceda antes de comenzar el periodo de gestación. Esto es debido al incremento de las necesidades nutricionales de la madre, que tendrá un mayor gasto energético e incremento de las ingestas diarias recomendadas de numerosas vitaminas y minerales.

Es más, existe el falso mito de que la mujer embarazada debe de comer por 2. Esto es totalmente falso. Si una mujer que para mantener un peso saludable consume al día 1600kcal (valor energético al azar, es algo personal a cada mujer) y en el embarazo consume 3200kcal al día… ¡Esa mujer va a acumular un considerable nivel de grasa!

También es destacable que se desaconseja la realización de ayunos prolongados. ¿El motivo? Que se realizan pocas ingestas y de gran volumen, lo que supondrá desajustes en la glucemia así como mayor probabilidad de padecer náuseas.

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Una de las principales preocupaciones de la alimentación de las mujeres embarazadas son determinados microorganismos como Listeria Monocytogenes, Salmonella y Toxoplasma Gondhi. Aunque si se tienen una serie de precauciones no debe de haber ningún tipo de problema. Esas consideraciones son:

  1. Evitar el consumo de carnes y pescados crudos. Optar siempre por técnicas culinarias que impliquen calor.
  2. Ídem con el huevo. El riesgo de Salmonela con el huevo crudo es considerable.
  3. Los lácteos que se consuman deben ser pasteurizados o esterilizados (procesos tecnológicos de aplicación de calor por parte de la industria alimentaria).
  4. Evidentemente evitar el consumo de alcohol y refrescos. Hidratar siempre en la medida de lo posible con agua.
  5. Para asegurar una correcta conservación del alimento es recomendable no romper la cadena del frío, así como evitar la contaminación cruzada entre alimentos.
  6. Comprobar la fecha de caducidad. Siempre es importante, pero cuando una vida crece en tu interior, lo es más.

También son muy típicos durante el embarazo los problemas digestivos tales como las náuseas o vómitos. Algunas recomendaciones para sobrellevarlos son:

  • Realizar numerosas ingestas de poco volumen. De este modo las digestiones serán más rápidas y livianas.
  • Evitar el consumo de agua y zumos ácidos con el estómago vacío.
  • Evitar el consumo de alimentos como el café, el té y alimentos muy espaciados. Esto se debe a que son alimentos estimulantes que pueden propiciar complicaciones en el embarazo.
  • Evitar beber demasiado entre comida y comida.
  • Con el fin de agilizar las digestiones… evitar el consumo de recetas muy grasas.

Por tanto, durante los 9 meses del embarazo existen alimentos que se recomienda evitar en la medida de lo posible.

Éstos alimentos a evitar son:

A) Café, té. Refrescos o alcohol. El motivo es sencillo: se trata de estimulantes que pueden alterar al feto.

B) Reducir el consumo de cacao y alimentos azucarados, así como de salsas, fritos  y aditivos.

C) Evitar el consumo de carnes rojas y fomentar el de carnes magras (evitando las partes grasas de éstos, como la piel del pollo).

D) Pescados azules de gran tamaño como el salmón, tiburón, atún o lucio, debido a la posible acumulación de mercurio en ellos.

E) Las carnes ultraprocesadas como embutidos, fiambre, salchichas o jamón están desaconsejadas.

Es por ello que en un momento tan importante en la vida de una mujer como es el embarazo se deben de tener una serie de consideraciones.

Estas consideraciones son:

+ Seguir una alimentación variada y equilibrada. Sin déficits nutricionales.

+ Asegurar un correcto aporte de ácido fólico. Las coles, los vegetales de hoja verde, la naranja, los cereales… son ricos en este micronutriente, pero si su aporte es insuficiente existe la posibilidad de consumir suplementación.

+ Evitar el alcohol, así como el hígado y sus derivados como el paté o el foié.

+ Evitar suplementos ricos en Vitamina A. Pueden poner en riesgo al feto provocando malformaciones del mismo.

+ Asegurar unas 2 o 3 piezas de fruta al día, siendo siempre una de ellas de carácter cítrico. Con esto se obtendrá un buen aporte de vitamina C.

+ Reducir la cantidad de sal y azúcar y aumentar la de fibra y vitamina C.

+ Escoger técnicas culinarias saludables tales como vapor, horno, hervido, asado… Evita frituras y rebozos.

+ Mantener un correcto estado de hidratación así como introducir la actividad física de carácter moderado (nunca intenso). Si es posible, realizar el ejercicio al aire libre para obtener vitamina D de la luz solar.

El próximo post será continuista… ¡será el turno de la lactancia!

    Y tu… ¿Sabías de la importancia de la alimentación antes, durante y después del embarazo?